Capítulo 27 la villana detiene el reloj de arena

Capítulo 27

Estaba ansiosa por ver cómo eso cambiaría el futuro. Mielle debería haberse visto bien con Oscar, pero su oportunidad había pasado, y Aria ya había escuchado que había sido engañado para venir a la mansión del conde. Tal vez el ramo de lirios que le había regalado había sido preparado por Caín.

Aria había tomado toda la atención que Mielle quería monopolizar. Aria incluso había tomado la mirada de su hermano.

"¿Le fascinaría más su hermanastra que su encantadora hermana?"

La garganta de Aria estaba llena de asco.

-Jessie, dame un poco de agua. Muy fría-

-Sí señorita.-

Bebiendo el agua helada que Jessie había preparado, un pensamiento feliz cruzó por su mente

"¿Cuánto se habra enojado Mielle ahora?"

Mielle podría estar arrojando una almohada mientras se preparaba para salir. Era algo que Aria había hecho a menudo en el pasado.

Nada sería más interesante que Oscar estuviera listo para regresar a su mansión mientras su hermanastros estuvieran fuera. La mansión Frederick estaba cerca, así que no tenia que quedarse en casa de los Roscents.

Existía la posibilidad de que Mielle pudiera abandonar la excursión con el riesgo de avergonzarse.

"Apenas has logrado tener esta oportunidad, entonces, ¿cómo podrías dejar a una mujer vulgar y malvada como yo sola en la mansión con él?"

Aria, quien le dio a Jessie la taza vacía, le ordenó que descubriera qué estaba haciendo Mielle.

-Solo averigua si ella va a salir o no-

Jessie salió de la habitación después de recibir esa simple orden, pero Aria ni siquiera tuvo que escuchar la respuesta de ella porque el relinchar de los caballos sonaron por la ventana. Eran los relinchos de los caballos atados a un carruaje. Podía oírlos golpear ruidosamente las patas como si se estuvieran calentando antes de correr en serio.

Un momento después, gracias a Jessie, que respiraba con dificultad y le dijo que Mielle estaba saliendo, la boca de Aria se transformó en una similar a una figura hechizante.

"Actúas como esperabas, Mielle. No arriesgarías un poco de vergüenza por tu noble nacimiento. Es fácil contrarrestar tus movimientos. Para lograr su objetivo, debe desechar su descuidada autoestima y utilizar todos los medios y métodos que tenga ''.

Ella lo había aprendido de la condesa, que ya había logrado su propósito, y la determinación que había ganado después de regresar a la vida.

-Jessie, sal de la habitación. Necesito descansar. Puedes descansar bien también.-

Si leía cuidadosamente los libros que estudiaba con las esposas y esperaba a que Mielle regresara, podría terminar su día con el mejor humor.

Después de que Jessie cerró la puerta en silencio y salió, Aria se sumergió en sus libros por un rato. El progreso fue tan lento que no necesitó revisarlos, por lo que leyó con anticipación las lecciones que tendría.

La lección de cultura impartida por la Sra. White fue tan simple y fácil que terminó el libro rápidamente, así que tomó el libro de historia que necesitaba memorizar.

Aria se rió en silencio mientras pasaba las páginas del grueso libro con la historia de los antepasados ​​de aquellos que había conocido en el salón de banquetes. Eso se debía a que aquellos que solo podían burlarse y hablar mal de los demás no podían ser los correctos, sin embargo, sus antepasados ​​habían sido registrados en un libro.

Habían sido dibujados tan grandes e increíbles como los dioses de la mitología a pesar de que estaba claro que habían matado y saqueado de otros para acumular su riqueza. Esas acciones fueron elogiadas como un pequeño medio de controlar sabiamente a las personas tontas y estúpidas.

"No saben cuántas personas han sufrido hambre y frío desde entonces".

Después de eso, estaban ocupados llenando sus barrigas, descuidando a la gente común, que cruzaba el camino entre la vida y la muerte todos los días.

Mirando hacia atrás, lo mismo había sido cierto de Aria en el pasado. Debido a su repentino aumento de estatus, había tenido suficiente dinero para quemarlo y gastarlo como quisiera.

'' No era diferente ...''

Mientras enfrentaba su podrido pasado, su estado de ánimo se deterioró repentinamente. Se sintió tan incómoda que decidió tomar un poco de aire fresco para cambiar su estado de ánimo. Recordó un jardín interior hecho a mano, donde la condesa lo cultivado como un noble pasatiempo. Después de cuidarlo durante aproximadamente una semana, lo había dejado solo, y ahora, las criadas se encargaban del mantenimiento.

Recordó que todos en la mansión habían estado preocupados porque la condesa había plantado solo flores caras y preciosas. Había hecho un gran alboroto de que le gustaría tener una fiesta de té en el jardín, pero ahora, ni siquiera sabía que existía.

Aria se dirigió al lugar justo al lado del pasillo en el segundo piso. El jardín había sido construido en el segundo piso, no en el primer piso, porque la habitación de invitados estaba en el segundo piso, por lo que era más fácil mostrarlo de esa manera.

Tan pronto como entró al jardín, fue golpeada por un aire húmedo y caliente, lo que la hizo sentir peor. Ella estaba allí para refrescarse, pero la atmósfera solo aumentó su mal humor.

"Debe haber una regadera en alguna parte".

Entonces, buscó un poco de agua para disminuir un poco el calor. Pensó que el jardín se enfriaría si regara las flores.

Afortunadamente, la regadera estaba cerca de la entrada, y Aria la encontró fácilmente.

Inmediatamente la recogió y roció agua sobre todo tipo de flores de colores. Las gotas de agua a baja temperatura, aunque no frías, lograron disipar un poco el calor.

Una vez que había usado toda el agua en la lata, la volvió a llenar con la esperanza de poder bajar aún más la temperatura. Las flores en el piso ya habían sido regadas , por lo que solo las plantas que se tejían a través de las paredes o las plantas que habían sido colgadas del techo eran las que faltaban , lo que dificultaba que la pequeña Aria las riegara.

Aún así, no renunció a su deseo de regar las plantas. Se sentiría muy incómoda y fastudiada si volviera a dejar la lata solo porque las plantas estaban un poco altas cuando la había rellenado y ya la sostenía.

'' Uno de los sirvientes debe ser bajo''

Cuando miró a su alrededor, vio una silla cerca de la entrada que estaba a la altura de sus rodillas. Aria se subio y comenzó a rociar agua justo cuando las hojas que rodeaban la entrada rozaban su rostro.

Sabía que rociar las hojas no ayudaba mucho, pero si no vertía toda el agua de la regadera, sentiría que usaba un calcetín pero no el otro, por lo que trató de justificar sus acciones.

'' Estoy tan perdida en un pensamiento inútil que ...''

Acababa de perder el tiempo pensando en algo que terminaría si estuviera satisfecha con lo que ya había hecho y renunciado. Fue entonces cuando Aria volvió la lata al revés, pensando en vaciar toda el agua que quedaba y volver a su habitación.

(Chirrido)

-...!-

Ella pensó que se suponía que el jardín debía estar descuidado, y que nadie vendría a visitarlo, pero entró en el momento justo. Debido a eso, el agua empapó a la persona debajo de las plantas, y Aria se apresuró a bajar de la silla.

"¿Por qué no aviso que iba a entrar...?!"

Si fuera un sirviente, debería haber anunciado su entrada. Si él hubiera llamado a la puerta, ella podría haberse detenido. Aria, que estaba a punto de criticar a la persona que había entrado, se horrorizó cuando descubrió que la persona que estaba empapada no era uno de los sirvientes de la casa.

-... ¿Señor Oscar?-

El mismo Oscar con el que Mielle se enamoró ahora tenía agua goteando por su cabello negro.

"¿Por qué estás en este jardín? ¡Además, entraste justo cuando te rocié con agua!"

Aria había cometido un gran error, así que dijo, tartamudeando al final y apresurándose a disculparse

-Oh, ¿estás bien? No sabía que vendría alguien ... ¡Lo siento!-

Estaba tan avergonzada que ni siquiera notó que su ropa estaba mojada mientras trataba de limpiar el cabello y la ropa de Oscar. Estaba tan empapado que pensó que tenía que hacer algo al respecto a pesar de que no podía hacer nada.

Oscar, que observó la escena por un momento, dio un paso atrás y se retiró de Aria. De repente, la pared que la sostenía desapareció, y ella tropezó, pero él la sujetó por la muñeca para evitar que se cayera.


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