Capítulo 8: Las evasiones de la princesa reencarnación (2)



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Calmate. Sé racional, Rosemarie.

Todavía no has confirmado si Klaus tiene interés en ti todavía.


Debe haber una razón por la que te sigue mirando. Tal vez tienes el pelo todo despeinado desde la mañana, hay una pelusa o migas de pan en mi cara.

¿Qué puede ser? ¡Por favor, por favor, que solo sea eso!


En ese momento me decidí, así que tome la decisión de llamarlo.


-Klaus.


-¡Mi, mi señora! 


Por un segundo hubo un nudo en mí garganta, tomé una expresión relajada en mi rostro antes de responder. Al mirarlo no se notaba que tenía algún fetiche raro o algo por el estilo.


Tragué un soplo de aire y se lo dije directamente: - ¿Hay algo en mi cara?


No quería prolongar este momento incómodo por más tiempo. Como han estado las cosas últimamente, me dolía tanto el estómago que me tienes que disculpar por sufrir de este modo.


Entonces, Klaus. No hay necesidad de dudar. Sólo date prisa y dime si no es algo importante. ¿Migas de pan? ¿Alguna pelusa? ¿O tal vez un pequeño pedazo de papa frita? 


Nos miramos el uno al otro. Con gran renuencia de mi parte, pero habría sido demasiado anti natural para mí mirar hacia otro lado. Esperé, tratando de evitar que mi cara temblara tanto como fuera posible.

Después de algunos segundos, o quizás una década, habían pasado en silencio, agravando aún más mi dolor de estómago, Klaus finalmente abrió la boca.


-No.


¡Oh ya veo! ¡Entonces no había nada en mi cara!

¡Entonces porqué no respondiste de inmediato, hijo de puta! 


Con la boca abierta, y su rostro que Lucía nervioso, Klaus rompió el contacto visual y miró hacia abajo. Pensé vagamente ver un leve matiz de color rojo en sus mejillas, pero debe ser mi imaginación. El clima de hoy fue excelente, pero supongo que fue un poco cálido. ¡Eso lo explica!


-En ese caso, no solo me mires, también observa tu entorno. ¡No solo eres un guardia, debes vigilar tus alrededores! -Reprendí.


Klaus me dio un saludo. - Sí, mi señora!-


Espera.... ¿por qué te ves tan feliz? ¡Detente, no me mires con destellos en los ojos! En realidad no estabas recibiendo una recompensa!

O mejor dicho, ¡hola! ¡No esquives el tema!


Con una cara de póker, grité en mi mente. Quiero decir, este tipo simplemente no lo entendió. ¡Estaba demasiado en mal estado! ¿Por qué se vería tan feliz al ser regañado, por la persona a quien protege? ¿no sabía nada de hacer guardia o proteger? Si reprenderlo y golpearlo no es efectivo, ¿qué más podría hacer? ¿Debería probar la psicología inversa en su lugar? ¿Tal vez acariciarlo? ¿Dándole cumplidos?


Silenciosamente caí en una gran confusión. Al otro lado del escritorio, sentí que me enfrentaba a un animal salvaje o alguna forma de vida desconocida, y estaba pisando ciegamente mis instintos. Si hiciera un movimiento equivocado, sería el final para mí. Con las manos juntas debajo del escritorio, la parte posterior de mi cuello estalló en un sudor frío por primera vez.


Al final, ¿qué hice?


-Voy a la biblioteca.


Corrí. 


Ríete de mí por desertar frente al enemigo si quieres.


¡Porque he tenido suficiente de esta atmósfera que induce al dolor!


Las criadas nos observaban atentamente desde la distancia, y Klaus probablemente ni siquiera se daba cuenta de ellas. ¡Definitivamente preferiría estudiar en paz!


Tomando mi libro y diccionario asignados, dejé mi asiento.

"Uf", suspiré en voz baja, y ni siquiera me di cuenta por varios segundos. Que el peligro que había planeado evadir, no era de hecho, algo que pudiera evadir en absoluto.


-Yo te acompañaré.


-............


Oh sí, así es como era.

Él era mi caballero, así que obviamente iría a donde yo vaya, ¡cierto! Eres tan idiota, Rosemarie. AHAHAHAHA


(pobre cosita ;c) 


Con la mirada hacia abajo, caminé por los pasillos, mientras el me seguía era un pervertido... err, un caballero de la guardia.

"¡Uf, él puede ser lo que quiera!" Me enfurruñé, pero luego me di cuenta de lo que estaba viendo a través de las ventanas, y mis pies dejaron de moverse.


A continuación pude ver el área de entrenamiento.

Mi enérgico hermano pequeño estaba trabajando duro nuevamente, entrenando con mi hermano mayor. Johan, que todavía era una cabeza más bajo que Chris, parecía un enano mítico junto a la figura gigante de Sir Leonhard. Seguía preocupándome de que lo aplastaran bajo sus pies.


Era difícil. Siempre he estado a su lado, y todavía no me había acostumbrado a esta distancia entre nosotros. Incluso si se caía, no podría ayudarlo a levantarse más, y esa sensación aguda de esa pérdida me hizo sentir un poco triste.

Pero no, no, esto era lo que deseaba. No sé me podía permitir quejarme. Incluso si él me odiaba ahora, era una consecuencia de la decisión que tomé, así que tenía que lidiar con ello.


Forzándome a mirar hacia otro lado, estaba a punto de moverme de nuevo cuando levanté la vista y noté al hombre frente a mí.

Mis ojos se encontraron con Klaus, que tenía una mirada extrañamente cálida.


Me detuve.


¿Qué estaba mirando este tipo decepcionante?

¿No podría su Alteza Real hacer algunas que otras caras conmovidas o expresivas?


-Qué.


¿Por qué me estas mirando? Lo amenacé con una mirada fría, pero Klaus no borró esa mirada ni dejo la sonrisa de su rostro.


-Princesa Rosemarie, eres... una hermana muy amable. 


¿Qué sucede contigo?

O mejor dicho, estabas allí con nosotros el otro día cuando estaba regañando a Johan. ¿Qué diablos estás diciendo cuando viste la forma en que lo traté?


-Tu adulación es injustificada


Dándole una mirada sospechosa, comencé

a moverme.

Sabía que lo estaba tratando mal, pero no tenía idea de cuándo pisaría una mina terrestre, así que no sabía cómo responder a eso.


Pero lejos de desanimarse, Klaus siguió hablando conmigo mientras lo seguía. En serio era un loco.


-¡No es adulación!


-¿Es eso así?


-Princesa Rosemarie, solo he estado sirviéndole durante un año y dieciocho días...


Que detallado...


-Y cuatro horas y media, que apenas es suficiente... -


¡¡Muy detallado!!¡Además, esto da miedo! 


-eres una persona perceptiva, que se preocupa por otros, y tienes un corazón muy hermoso, ¡esas son cosas que conozco muy bien! 


con escalofríos, respondí sin tener la intención de otra cosa: "p-piensas demasiado bien de mí".


Mi confusión no fue provocada por la vergüenza de sus elogios, ni estuvo acompañada por las vertiginosas emociones de una joven enamorada. Fue miedo. 


Te lo ruego, ¡por favor no me lleves al lado oscuro!


Sin embargo, el caballero de la guardia que no parecía sentir mi estado de ánimo negó mi declaración con entusiasmo. "Eso no es así".


Estaba demasiado asustada para mirar por encima de mis hombros, pero probablemente ahora me estaba sonriendo.


¡Por favor, acaso no sabes como me siento! Estoy pálida como un fantasma y mi voz tiembla. No importa cómo lo veas, no puedes interpretarlo como vergüenza, ¡así que date prisa!


-Su Alteza, sé que esta realmente preocupada por Su Alteza, el príncipe, es su responsabilidad ser dura con él cuando el tiempo lo requiera, y simpatizo mucho con su situación.


-Klaus, eso es suficiente.


-El otro día, eras tan impresionante y hermosa...


Te dije que pararas, ¿no? ¡Escucha! ¡Escúchame!

¡Te estoy enviando mis pensamientos desesperadamente!


-Esta es mi creencia más sincera. Su Alteza, hay más para usted, la joven y linda princesa.


Oh, NO. Me estaba dando escalofríos. Realmente tuve un mal presentimiento sobre esto.

Al detenerme, me di la vuelta. Klaus me miraba con seriedad, los ojos ardían de convicción y yo inconscientemente contuve el aliento.


Mi premonición alcanzó su punto máximo, y las alarmas se dispararon en mi cabeza.


-Princesa Rosemarie, es mi deseo que usted también se convierta en mi ama. 


Lo interrumpí.


-¡Klaus!


Como rara vez alzaba la voz, Klaus me miró sorprendido, pero esa no era mi preocupación. La verdadera preocupación era de destruir una bandera aterradora, Quiero decir, ¡este tipo estaba empezando a hablar de amos!


En la escena en la que cambió la forma en que se dirigía a ella de "Princesa Rosemarie" a "Maestra", Klaus le prometió una devoción absoluta. Debido a que recuerda vívidamente la relación poco fiable entre los dos, se convirtió en una palabra tabú para mí.


-No deberías decir algo tan irreflexivo - le dije con una voz aplastante. Si me relajaba, mi voz seguramente temblaría.


Quiero escapar. Realmente quiero alejarme.


Ya no sé qué está sucediendo.

¿Por qué las banderas se levantan por sí solas cuando no he hecho nada para que esto suceda? ¿Por qué me sigue sucediendo esto? Los eventos inevitables son demasiado difíciles. Esto no es fácil, da mucho miedo.


-Tu maestro es mi padre. Yo no.


-............


Oye, no te veas tan insatisfecho.

Te lo ruego, escúchame. Además, no te acerques más.


-Por orden del Rey, te forzaron a cuidar a su hija.


-Eso no es-


-No pido más de ti. Por lo tanto, también debes tener eso en cuenta.


-¡Princesa Rosemarie...!


Estaba siendo obstinado, así que Klaus se impacientó y dio un paso adelante.

Espera... ¡espera! Cálmate... en realidad, ¡aléjate!


-Entiendo que sinceramente deseas servirme. Sin embargo, una palabra puede evitar un conflicto innecesario, evitarás cualquier declaración que causará sospechas de deshonestidad 


Él pareció sorprendido por mis palabras. 


-Ya has jurado lealtad al Rey y, por lo tanto, también a mí. Esa es exactamente la razón por la que deberías dejar de decir palabras tan irreflexivas. 


-Princesa Rosemarie....


Miré a Klaus, queriendo asegurarme de que estábamos de acuerdo.


El estaba en silencio.


Excelente. Parecía que lo estaba entendiendo.

Mi postura oficial era: "Deja de decir cosas con doble sentido que pueden hacer que la gente dude de ti", pero fue para tapar mis verdaderas intenciones que eran "No me llames tu maestro".


Puedo parecer tranquila, pero enserió estaba demasiado nerviosa, por saber la manera en la que el se expresaría, lo bueno fue que de alguna o otra forma logre convencerlo. 


Me alejé, fingiendo no ver las preguntas persistentes que se reflejaban en su rostro.


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–Enfurruñe: enfadarse ligeramente, particularmente los niños

–Renuencia: Actitud del que está poco dispuesto a hacer lo que se le dice o manda.


Traducción: Gigi 

Corrección: Gigi 



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