Capítulo 3: Bebé tirano






Capítulo 3: Nacida princesa (3)


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El hombre era tan joven que me resultaba difícil creer que fuera mi padre. 


¿Padre? ¿No es más como mi hermano mayor? Sí, era correcto creer que sería un hermano mayor mío con una gran diferencia de edad.


Tenía ojos de color azul y mechones de cabello plateado que le llegaban lo suficiente como para cubrir su cuello. Aunque sus rasgos faciales parecían amenazadores, me sonreía constantemente. Se veía amigable.

Pero en ese momento, el hombre extendió la mano.


-!..¡-


”¡Voy a ser golpeada!”


Me iba a pegar por lo que instintivamente cerré los ojos con fuerza. Pero no hubo dolor. Entonces, mis ojos se abrieron lentamente cuando sentí un suave toque sobre mi cabeza. El hombre sonrió libremente, aunque no sé por qué tenía una sonrisa tan radiante.


–


-Ella es mi hija, está bien. Reconociendo a su padre de inmediato. Je, qué niña tan inteligente-


-Si su Majestad-


El hombre que era mi padre era diferente de lo que yo imaginaba. Quizás había visto demasiados dramas y leído demasiadas novelas. Por lo general, el padre decía


 - ¡Hiciste morir a mi esposa! -y desde entonces no quería saber nada respecto a ese niño.


Mientras tanto, la mano del hombre se alejo un poco.


-... Si Sianna aún estuviera viva, estallaría de felicidad-


-…..Su Majestad…-


Con el tono melancólico del hombre y la solemne respuesta de la niñera, llegué a la conclusión de que Sianna era el nombre de mi madre.


La vista del hombre estaba fija en mí, pero parecía que su mente estaba preocupada ante el pensamiento de su esposa que falleció.


-Mabel, te prometo que tu padre hará todo lo posible para protegerte-


El gran dedo del hombre tocó mi palma ligeramente abierta. Inconscientemente me agarré a ese dedo con fuerza.


No se hizo intencionalmente ... ¡Lo juro...!


Era de conocimiento común que los bebés se agarrarían por reflejo a cosas que tocaban sus manos...


Pero, ¿por qué este hombre, que se hace llamar mi padre, sonreía tanto?


-Qué linda eres-


El hombre sonrió felizmente, mirando su dedo agarrado. Cualquiera podía ver la felicidad pura que se reflejaba en su rostro.


Pero para mí, esta inmensa cantidad de atención vino con una gran carga. Yo era la única que el veía, una hija preciosa y frágil en la que él puso todo su amor y atención no importaría al final. El comportamiento de un hombre puede cambiar inesperadamente y sin previo aviso. Mi vida nunca había sido tan grandiosa, por lo que no estaba segura de que no me echaria a un lado con el tiempo.


Nunca lo esperé, el amor de una familia... no era para mí.


-Gyeo Ul-a. Mi pequeña y linda Gyeo-Ul-


Mi padre... Recuerdo bien esos dulces recuerdos, besándome en la mejilla porque me “amaba”. Él cambió no mucho después.


Sería mejor que este hombre de cabello plateado no me amara en primer lugar, así que no tendría ninguna esperanza de ser amada.


Aunque sería una mentira decir que mis dudas no fueron sacudidas gracias al absoluto amor y amabilidad de este hombre, por lo que traté de recordar la promesa que me hice...


"No necesito nada de ahora en adelante".


Sí, así que no debería esperar nada esta vez, y vivir tranquilamente sin sobresalir.


Al final, era mejor vivir una vida solitaria que poner mis esperanzas en los demás y vivir en la miseria.


***


El emperador del Gran Imperio Ermano, tenía dos problemas que lo atormentaban recientemente. Una vez era cómo lidiar con el rehén magnate que fue capturado durante un enfrentamiento en las fronteras del Imperio Deblin (su enemigo), y el otro era su hija, Mabel, que tenía alrededor de un mes.

Esteban decidió dejar de lado la situación de rehenes de Deblin por ahora.


-De todos modos, no hay nada más importante que Mabel-


La razón por la que se convirtió en un problema nacional fue la gran cantidad de sacerdotes que proclamaban que Mabel era la hija de los dioses y que necesitaban llevarla a la santa capital de Abelardo para criarla allí.


Los sacerdotes hablaron de una visión, una profecía que vieron el día en que nació Mabel y usaron eso como una mera excusa para tratar llevarla a la capital sagrada.


-Correcto, visiones-


Esteban apretó los dientes. Esos sacerdotes a menudo venían corriendo al palacio para declarar sus visiones.


「En el lejano oriente, se sembrará una semilla que salvará al mundo.」


El Gran Imperio Ermano estaba ubicado en el lejano oriente. El día que nació Mabel, un rayo cayó sobre el palacio. Este asunto era conocido por todos. Incluso Esteban, que sostenía la mano de la reina Sianna con fuerza durante su trabajo de parto, escuchó el sonido de un rayo.


Aunque los sirvientes colectivamente dijeron que no había nada malo con la princesa y que todo estaba bien, Esteban no estaba contento.


Habían pasado dos semanas desde la trágica muerte de Sianna. Ella no podía soportar el dolor del parto debido a su débil constitución. Su fallecimiento fue un shock y le causó dolor, por lo que Mabel, su encantadora hija que se parecía a su esposa, se convirtió en una existencia especial.

Mabel fue el último regalo de Sianna para él.

La expresión de Esteban era aguda y feroz. Parecía listo para atacar a través de las cartas que el sacerdote le envió.


Al final, la destrozó.


-Ah...-


Su ayudante, que observaba a Estaban a un lado, gimió dolorosamente y se cubrió la cara con las dos manos.


Estaban volvió la cabeza y miró al ayudante, diciendo unas palabras frías y penetrantes.


-Diles que declinamos y no tenemos la intención de reconsiderarlo-


-Sí, por supuesto…-


Esteban planeaba ignorar completamente las súplicas de los sacerdotes, pero no estaba seguro de cuánto tiempo podría durar asi. Está seguro de que la capital sagrada enviaría sus solicitudes constantemente hasta que cediera.


Los sacerdotes argumentaron que, dado que el Gran Imperio Ermano tenía a Oscar, el primer príncipe, Mabel tendría pocas posibilidades de ocupar el trono y convertirse en reina. Por lo tanto, era aceptable que fuera criada en la capital sagrada.

En cualquier caso, necesitaba encontrar una manera de detener la persistencia continua de la capital sagrada para arrebatarle a su hija.


¡Los sacerdotes serán condenados!

Esteban estaba rasgando otra carta de los sacerdotes cuando sintió una presencia acechando detrás de la puerta. Levantó la vista e hizo un gesto con los ojos al criado cercano.


El criado abrió rápidamente la puerta.


-¡Ah ...!-


Se escuchó un suave grito.


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Traducción: nadesskho 

Corrección: nadesskho 


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